La Serenidad de Bali: El guardián del templo

En el corazón selvático de Bali, donde los templos se funden con la naturaleza, un mono reposa entre dioses de piedra. No está solo, ni perdido: es parte del paisaje sagrado, un guardián silencioso que respira la calma del bosque. Aquí, el tiempo no corre; se detiene a observar, a sentir. Esta imagen no solo retrata a un animal, sino a un espíritu que contempla el mundo desde lo eterno.

Poema:

Sentado en piedra, sin prisa ni miedo,
vigila el bosque como un sabio en su credo.
La selva respira, el templo lo sabe,
y el mono escucha el canto que el alma grabe.

Bajo musgo antiguo y hojas al sol,
reposa el guardián sin cruz ni farol.
No predica, no pide, no huye:
con los ojos cerrados, el mundo intuye.

Bali le cuida, él cuida a Bali,
donde el silencio nunca es trivial.
Es paz encarnada, instante divino,
un reflejo sagrado del propio camino.