Entre cadenas y colores: la resistencia Embera
Frontino / Antioquia / Colombia Comunidad Emberá
CULTURA
Nat Fotografía
8/16/20251 min read


Unas Palabras
En su pecho cuelgan memorias,
cadenas que hablan sin voz,
negro que recuerda las sombras,
rojo que late en su corazón.
Feliciano camina erguido,
maestro de su propia raíz,
en su mirada se esconde la historia
que el tiempo no podrá destruir.
Cada color, una resistencia,
cada tejido, un amanecer,
ser Embera no es pasado,
es un futuro que quiere florecer.
Contexto Fotográfico
Feliciano Bailarín es un profesor de la comunidad Embera de Frontino, Antioquia. Su labor va más allá de la enseñanza formal: es un guardián de la memoria y la cultura de su pueblo.
En su vestimenta, los colores no son adornos, sino símbolos vivos. Las cadenas negras representan los tiempos oscuros de la colonización, la violencia y la pérdida de sabiduría ancestral. Las rojas evocan la sangre, la familia y las raíces que los mantienen unidos. Cada tonalidad guarda un significado profundo que narra la historia de su pueblo.
Los Embera, a través de la educación, el arte y la tradición oral, resisten al olvido y buscan que sus niños crezcan con orgullo de su identidad. Nombrarlos correctamente —indígenas, y mejor aún, Embera— es reconocer su dignidad, pues la palabra “indio” corresponde a los habitantes de la India, no a los pueblos originarios de América.
Retratar a Feliciano es mirar de frente la fuerza de una cultura que, pese a los embates de la historia, sigue de pie, tejiendo futuro con hilos de memoria.
