El eco de lo que falta

Hay un tipo de cansancio
que no se cura durmiendo,
una quietud que no es paz,
sino ausencia.

Me recuesto en el borde del día,
y escucho el eco de lo que falta.
No sé si es amor, sentido,
o simplemente un pedazo de mí
que se quedó en alguna parte
a la que ya no sé volver.

El mundo sigue su curso,
la vida no se detiene,
pero hay momentos en los que
estar vivo se siente
como habitar un cuerpo con la luz apagada.

No duele como una herida…
es más sutil.
Duele como el vacío que deja lo que nunca llegó,
como la espera sin nombre,
como el reflejo de uno mismo
en el silencio.

Y sin embargo, aquí estoy,
acostado sobre lo que soy,
escuchando en lo profundo
el eco…
de lo que falta.